Cuando levanté la vista vi una sombra venir hacia dónde estaba y me empezó a llamar…
-Princesa, princesa. Se que no debería estar aquí…- dijo la sombra, no la podía ver estaba muy oscuro y mi vista apenas podía adaptarse. -¿Quién eres? ¿Qué quieres?- Dije subiendo el tono para sonar segura.
La sombra no dijo nada sólo se quedó allí, observando mis movimientos. De lo cual decidí levantarme, lentamente y mi vista se empezó a adaptar a la oscuridad. Hace años que había aprendido a adaptarme a la oscuridad.
Sin darme cuenta de que la sombra era alguien que conocía, desapareció y abrió la celda. Unas luces se iban prendiendo en el pasillo y una voz empezó a hablar.
-Sigue las luces y ellas te guiarán a tu destino, y si haces algo que no me guste encerraré a todos tus seres queridos…
-¿Dónde está Flor?- Dije con un tono muy preocupado, Flor apenas tenía 5 años, y no se si la deje en buen estado…
-Sigue las luces hacia tu nuevo destino. Es una hermosa sorpresa.- Se limitó a decir la voz.
Hice caso a sus palabras, llegué a una puerta blanca que decía mi nombre, la puerta se abrió y de repente vi mi cuarto, se veía idéntico y eso me asustó, y simplemente entre.
-Muy bien- dijo la voz- Sólo siéntate en tu silla favorita, y si te portas bien te daré más sorpresas!- parecía alegre y yo hice lo que me dijo.
Pasaron horas, y empecé a escuchar algo, de nuevo la voz empezó a hablar. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y escuché atentamente…
-Puedes ponerte lo que está en la caja y favor de seguir las luces… hacia su nuevo destino.- dijo simplemente.
-Si claro.- dije, estaba tan pensativa que no note una cajita, era un rosa claro, tenía un moño blanco que destaca. Sabía que era un vestido, por el tamaño y forma de la cajita. Y tenía razón… el vestido era de color amarillo pastel, con un moño en medio, estaba bonito y tenía la sensación de que lo había visto antes… porque tenía unas gemas naranja que combinan mucho. Entre al baño y me lo puse, y en el baño habían unos tacones, no tan altos y eran plateados.- Listo… y ¿ahora que?- dije simplemente.
-Sigue las luces del pasillo, y espera allí.- dijo y ya no se escuchaba nada…
Hice lo que me pidió de nuevo, y llegué a una sala y me senté en un sillón, empecé a observar todo. Había un hermoso piano, una mesa de centro con muchas sillas, 10 conte en mi mente, ¿Para quiénes eran esas sillas? ¿Porque todas las habitaciones se parecían a las de mi casa? Los escalofríos empezaban a ser más seguidos, me recorrían el cuerpo 2 o 3 veces y estaba muy inquieta…
-Gracias por esperar pacientemente, hay alguien que te va a visitar, espero que lo trates bien.- dijo y la puerta se abrió, yo segui sentada, sin saber exactamente que hacer o sentir. Alguien empezó a caminar dentro, y lo conocía muy bien. Demasiado bien para mi gusto…
Continuará…
